La adversidad es como un fuerte viento.
Nos arrebata todo
menos lo que no se nos puede arrebatar,
y hace que nos veamos cara a cara
con nuestro lado más inhóspito,
que conozcamos esas partes olvidadas de nosotros mismos,
y sepamos cuales son nuestros mayores defectos y virtudes.
Alguien dijo una vez:
El amor es darle a alguien la capacidad de destruirte
confiando en que no lo haga.
No por ello temas al amor,
pues cuando lo sientes ocurren las cosas
más maravillosas e inexplicables del universo...
Los hombres no son prisioneros del destino,
son prisioneros de su propia mente.(Franklin D. Roosevelt)