Camino en la tranquilidad de la noche
buscando un sitio
al que no llegue la luz,
un sitio en el que sea más consciente
de lo grande que es el universo
al mirar el cielo lleno de estrellas...
Se me acaba el tiempo...
Soy mucho más consciente
de todo el tiempo desperdiciado,
de mis errores,
mis enfados,
de las oportunidades que no te di...
Soy mucho más consciente
de todas las veces que no te dije
te quiero,
de las caricias que no te di,
y las noches que perdí...
Se me acaba el tiempo
de demostrarte que hay luces
que vuelven a brillar incluso con más intensidad
después de estar al borde
de la oscuridad más profunda,
de decirte que eres la única
con la que concibo vivir mi vida,
mi confidente,
mi psicóloga,
la médica para todos los males,
la que me da paz
y me lleva al éxtasis,
mi amiga,
mi amor...
Se me acaba el tiempo,
pues cada día que pasa
este abismo se hace más grande,
cada día la carga es más pesada,
cada día este muro es más grande y grueso
y la única persona que puede
hacer el agujero para destruirlo eres tú...
Y antes de que se me acabe todo el tiempo
permíteme soñar por un instante,
un instante en el que te llevo al altar,
pues sólo contigo lo puedo imaginar,
un instante en el que formamos una familia
y envejecemos juntos,
un instante en el que se vuelve a despertar
ese amor en ti y vivimos
esa vida que un día estuvo en nuestras manos...
Permíteme soñar...
pues si no te puedo tocar,
no te puedo hablar
ni incluso mirar,
sé que mientras me voy yendo
sólo puedo eso,
soñar...
Hoy eres como el oxigeno
del que se compone el aíre,
sé que estás ahí,
sé que me das vida,
pero al igual que al oxigeno
no te puedo ver...
-Nos vemos pronto-