viernes, 26 de junio de 2009

Plantas como personas


Cuando fuertes vientos azotan al árbol,
y la inundación debilita el arraigo en la tierra,
cuando el sol no sale por un tiempo,
y el aire frío reseca las ramas mas débiles...

Partes de este se secan,
pierden fuerza y se mueren,
y la planta sufre.

En su afán de vivir intenta, sin éxito, recuperar la vitalidad perdida,
sin embargo, aunque no quiera,
debe aceptar que esas ramas han muerto,
y dejarlas caer
o cortarlas.

Permitiendo que la naturaleza reacomode la sustancia,
concentrar entonces su energía
en los brotes que comienzan a asomar,
porque el sol ha vuelto a brillar
y el aire helado ya se está alejando,
con la tierra endurecida nuevamente,
las corrientes de aire son tan solo una brisa
reconfortante agitando sus hojas..

Ha llegado el momento de nutrirse,
porque en poco tiempo deberá florecer,
y allí donde sus intentos fracasaban,
en el lugar que ocupaban las ramas enmohecidas,
pueden verse brotar nuevas hojas.

Y obedeciendo a los ciclos,
florecerá.

Las personas somos como las plantas,
tenemos que darnos cuenta de las ramas
que nos pesan en nuestra existencia,
para dejarlas caer,
y que en su lugar salgan unas nuevas,
mas fuertes y robustas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario