miércoles, 7 de octubre de 2015

La ausencia de lo escrito


De pronto llegó entre la multitud,
como si un gran imán te atrajera,
como si hubiera una gran fuerza de gravedad
y yo fuera el objeto más pesado 
del universo,
y sin saber como me hizo creer
que había revivido
algo que se encontraba
totalmente marchito.

Pasaron los días
y lo meses como si 
de un suspiro se tratara,
¿soñar? quien querría soñar
cuando tu día a día es mejor 
que cualquier sueño que nadie podría imaginar.

Y de pronto te das cuenta
que lo muerto o marchito
jamás vuelve a la vida,
pues si por un instante
miras hacia atrás,
 te percatas que estás en 
una montaña inmensa
y que lo que creías la cima del mundo
sólo era la cima de una colina
que se encuentra muy abajo,
que has aprendido a volar 
cuando antes te conformabas con saltar,
y que últimamente se te olvido
escribir en un rincón olvidado
pues aprendiste
a hablar con el corazón,
aprendiste a no querer esperar 
que esa "fuerza de gravedad" 
supiera lo que hay dentro de ti,
aprendiste que no revivió nada
si no que nació algo nuevo en ti.

La ausencia de lo escrito,
es la presencia de lo hablado.

Para ti Patricia, 
que has creando
un mundo nuevo
sin que me diera cuenta.

El estrés postramático


Se habla del estrés postramático en los soldados,
dicen que al volver a casa
y haber padecido ciertas vivencias
algo les hace pensar
que siguen en peligro...

También pasa en personas
que tienen algún accidente,
o que han vivido alguna situación
un tanto extrema.

Quizás este fantasma que habita
en todos los seres vivos 
sea un mecanismo de defensa,
pero es cierto que en ocasiones
el estrés postraumático
nos hace ser
más vulnerables a ciertas cosas.

Y es que cuando una persona sufre
por cualquier motivo,
solo quiere no volver a pasar
por ello nuevamente,
y el problema es que queremos
ver las cosas tan tan claras
que miramos hacia lugares 
que antes de nuestro "accidente" 
jamás habríamos mirado,
nos cubrimos las espaldas 
por si algo se acerca en cualquier instante,
y siempre encontramos
algo de nuestros miedos
en esa autodefensa 
que nos hace estar mas atentos.

Nadie dice que sea fácil,
y es cierto que cada lucha
con nuestros miedos e inseguridades
es un mundo para el
que libra esa batalla,
y cada batalla es diferente
pues se disputa en esa parte 
de uno mismo tan interna y arraigada,
tan vulnerable y básica a la vez,
que nada ni nadie puede entrar,
estas tu...
y tus miedos...

El pasado es esa parte
propia y ajena
que jamás podremos modificar,
esa parte con la que debemos
aprender a vivir.