Los coches para poder funcionar
necesitan gasolina,
hay barcos que simplemente con viento
pueden funcionar,
para los aviones
es el queroseno...
¿Y para las personas?
Yo creo que cada persona
tiene un combustible propio,
a unas las mueve la fama,
a otras el dinero,
los sueños,
la familia,
la pareja....
Pero en ocasiones,
aunque tengamos el depósito al máximo
con todo lo que necesitamos,
no podemos ponernos en marcha,
estamos bloqueados,
podemos llamarlo el freno de mano,
el ancla...
Que fácil es quitar el freno de mano a un coche,
o elevar el ancla de un barco,
por eso debemos de darnos cuenta
que también es fácil hacerlo con las personas,
en ocasiones son unas palabras,
un hecho,
un gesto...
Si de verdad quieres
poner en marcha a una persona
que quieres y ves que algo la bloquea,
algo no la deja ser ella misma,
recuerda,
sólo necesitas elevar el ancla.