La libertad es algo tan subjetivo...
lo que para algunos es
sentirse libre,
para otros puede ser la peor
de las prisiones.
Te encierras en una prisión de pensamientos
y sensaciones,
cuyos barrotes forjados por el miedo
son más duros que el mejor de los diamantes,
cuya oscuridad devora todos los resquicios
de luz que consiguen colarse entre la neblina,
y es en esa prisión es donde debes entender
que tu puedes ser el relámpago
en la tormenta,
que aún puedes brillar...
Sólo debes encontrar
ese detonante que te haga estallar
y romper las paredes y barrotes
de la prisión en que te ayes...
Mientras tanto...
solo te queda ser consciente
de la prisión en que te encuentras,
y estar atento a las señales...
Conócete, aceptate... supérate!!
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