Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida;
si en ti mismo tienes una fe que te niegan
y nunca desprecias las dudas que ellos tengan;
si no buscas más odio que el odio que te tengan;
si sueñas,
y los sueños no te hacen su esclavo;
si tropiezas con el triunfo,
si a la cumbre llega tu derrota
y a estos dos impostores los tratas de igual forma;
si vuelves al comienzo del trabajo perdido,
aunque esta obra dure toda tu vida;
si pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era;
si logras que nervios y corazón te asistan,
aun después de su fuga de tu cuerpo en fatiga,
entonces serás hombre, hijo mío...
Fragmentos de un escrito
de R. Kipling
Nadie dijo que el mundo
debiera conocer tu batalla,
que alguien fuera
a compartirla contigo,
nadie dijo que te creerían
y mucho menos que te seguirían,
estarás sometido al juicio
de vanidosos e incrédulos,
pero es tu lucha
y la que jamás debes abandonar,
debes seguir siempre
lo que el corazón te marque...
Y el maestro le dijo al alumno:
- Otra lección aprendida!
Alumno: -Ésta duele!
Maestro: -Las buenas son así...
Aunque duela...
nunca te detengas...
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