miércoles, 24 de noviembre de 2010

El cuento de la vasija agrietada



Cuenta la leyenda india
que un hombre transportaba agua todos los días a su aldea
usando dos grandes vasijas,
sujetas en las extremidades de un pedazo de madera
que colocaba atravesado sobre sus espaldas.

Una de las vasijas era más vieja que la otra,
y tenía pequeñas grietas;
cada vez que el hombre recorría el camino hasta su casa,
la mitad del agua se perdía.

Durante dos años el hombre hizo el mismo trayecto.
La vasija más joven estaba siempre muy orgullosa de su desempeño,
y tenía la seguridad de que estaba a la altura
de la misión para la cual había sido creada,
mientras que la otra se moría de vergüenza
por cumplir apenas la mitad de su tarea,
aun sabiendo que aquellas grietas
eran el fruto de mucho tiempo de trabajo.

Estaba tan avergonzada que un día,
mientras el hombre se preparaba para sacar agua del pozo,
decidió hablar con él:
-Quiero pedirte disculpas ya que,
debido a mi largo uso,
sólo consigues entregar la mitad de mi carga,
y saciar la mitad de la sed que espera en tu casa.

El hombre sonrió y le dijo:
-Cuando regresemos,
por favor observa cuidadosamente el camino.

Así lo hizo.
Y la vasija notó que,
por el lado donde ella iba,
crecían muchas flores y plantas.

-¿Ves como la naturaleza
es más bella en el lado que tú recorres?–comentó el hombre-.
Siempre supe que tú tenías esas grietas,
y decidí aprovechar este hecho.
Sembré hortalizas, flores y legumbres,
y tú las has regado siempre.
Ya recogí muchas rosas para adornar mi casa,
alimenté a mis hijos con lechuga, col y cebollas.
Si tú no fueras como eres,
¿cómo podría haberlo hecho?

"Moraleja: Todos absolutamente todos envejecemos
con el paso del tiempo, y eso no quiere decir
que dejemos de ser utiles,
en cada época de nuestra vida tenemos una función,
sólo tenemos que tener presente 
que nuestros mayores no son una carga
son una fuente de sabiduría
y conocimientos de la que todos
deberiamos de aprender."

La experiencia solo se consigue con el tiempo,
que lástima que el tiempo sea el encargado
de desgastar  y debilitar nuestro organismo.

2 comentarios:

  1. esto es mas o menos como mi cuento de la rosa y el sapo.. nunca hay que despreciar a nadie porque todos en esta vida tenemos nuestra funcion ;)

    ResponderEliminar
  2. Hermosa poesia, hermosa y verdadera reflexion......y es verdad como dice Sylvia "todos en esta vida tenemos una funcion"

    ResponderEliminar