miércoles, 20 de noviembre de 2013

La llave

Cuenta la leyenda 
que antes de que la humanidad existiese, 
los duendes se reunieron 
para hacer una travesura.

Uno de ellos dijo:
- Pronto serán creados los humanos.
No es justo que tengan 
tantas virtudes y posibilidades.
Deberíamos hacer algo 
para que les sea más difícil seguir adelante.
Llenémoslos de vicios y de defectos; 
eso los destruirá.

El más anciano de los duendes dijo:
- Está previsto que tengan defectos y dobleces,
pero sólo servirán para hacerlos más completos.
Creo que debemos privarlos de algo 
que les haga vivir cada día un desafío.

Un joven y astuto duende comentó:
- Deberíamos quitarles algo 
que sea importante...
¿pero qué?

El viejo duende exclamó:
- ¡Ya sé! Quitémosles la llave de la felicidad.

- ¡Excelente idea! 
-gritaron los duendes.

El viejo duende siguió:
- El problema va a ser 
dónde esconderla para que no puedan encontrarla.

El primero de ellos tomó la palabra:
- Escondámosla en el fondo del mar.
- No, recuerda que tienen curiosidad; 
algún día, construirán un aparato 
para poder bajar y entonces 
la encontrarán fácilmente.

-Escondámosla en otro planeta...
A lo cual los otros dijeron:
- No, recuerda su inteligencia, 
un día construirán una nave 
en la que puedan viajar a otros planetas 
y entonces la descubrirán.

Un duende viejo, 
que había permanecido en silencio, 
escuchando las propuestas de los demás, 
se puso de pie en el centro y dijo:
- ¡Sé dónde ponerla para que no la descubran! 
Todos, asombrados, preguntaron al unísono:
- ¿Dónde? 

El duende respondió:
- La esconderemos dentro de ellos mismos...
muy, muy cerca de su corazón...

Los duendes escondieron
varias llaves para que
nuestra vida estuviera marcada
por esa búsqueda
que da sentido a todo,
la de la felicidad,
el amor,
la de la esperanza...

Recuerda que encontrarlas 
depende sólo de ti,
y cuenta la leyenda
que sólo hay una llave para
cada cosa por lo que sólo
hay una forma de conseguir
esos premios tan ansiados...

Si encuentras alguna de esas llaves,
cuídalas y si algún día
entregas alguna de esas llaves a alguien,
recuerda que procede 
de lo más profundo de tu interior

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